Teniendo en cuenta que vivimos en la sociedad de la información, como ya hemos hablado en entradas anteriores, hoy en día, aunque todavía la idea no está demasiado extendida, es muy importante tener, al menos, un ordenador en nuestro aula, por la multitud de posibilidades que ofrece. Aunque su utilización puede producir polémica, por el uso indebido que se puede hacer de ellos, las propias demandas sociales e institucionales que provocan esa polémica son también las que establecen la necesidad de incluir estos aparatos en el ámbito educativo.
Para intentar frenar estos posibles conflictos, lo ideal sería contar con un aula virtual que permitiera preparar un conjunto de actividades útiles para el profesor y los alumnos, que estén integradas en el currículum escolar y a las que todos tuvieran acceso. Estas actividades, lógicamente, se basan en el aprendizaje y se crean en torno a dos ejes. El primero de ellos es la diferencia que se establece entre las acciones que se desarrollan en la propia clase con naturaleza virtual y aquellas que se realizan fuera de clase pero que están relacionadas con el trabajo escolar. El segundo eje es el uso de la tecnología en el desarrollo de una actividad, empleando programas informáticos como herramientas o instrumentos de soporte para la construcción de conocimientos específicos de un área, comunicando el contenido curricular y usando herramientas de comunicación entro los participantes de esas actividades como foros o correo electrónico.
El aula virtual tiene una serie de funciones, que la convierten en la herramienta útil que es. De entre ellas podemos destacar la función socializadora que colabora en la inserción del alumno en la sociedad en la que vive y en el desarrollo de su propia cultura mediante comunidades virtuales de aprendizaje, la función reponsabilizadora que consigue que el alumno se comprometa e implique en su propio aprendizaje asumiendo este nuevo medio para lograrlo, la función formativa y formadora que se encarga de construir conocimiento compartido con el profesor y los compañeros con ayuda del trabajo colaborativo o la función evaluadora que plasma el aprendizaje realizado y argumenta los procesos de comprensión de los contenidos mediante preguntas de corrección automática.
Por otro lado, debemos hablar también de las actividades de aprendizaje, que son aquellas acciones que realiza un alumno para desarrollar su proceso instructivo, que es el profesor quien lo organiza. A través de su realización el alumno reajusta sus objetivos a sus necesidades, presta más atención, supervisa su propia labor y evalúa sus logros, y la actividad será exitosa dependiendo de su diseño, la motivación que cree y la relación entre dicha actividad y el estilo de aprendizaje del alumno, es decir, el éxito se basa en el beneficio que le aporte al alumno.
Para el diseño de estas actividades, es necesario seguir los principios de actividad y participación ("Se aprende lo que se hace", la educación va unida a la vida), los de motivación y autoestima, el de aprendizajes significativos (partiendo de unos conocimientos previos para alcanzar los nuevos estableciendo una relación entre ellos), el de la globalización (los contenidos se organizan en torno a un tema que actúa como eje y relacionándolos con otras áreas), el de personalización (teniendo en cuenta que cada persona tienes unas características propias), el de interacción ( entre profesor y alumno y entre los propios alumnos, prendiendo a comprender el punto de vista del compañero) y el de individualización y socialización ( a la hora de realizar trabajos). Debemos tener en cuenta también que es importante partir del nivel de desarrollo del alumno e impulsar la capacidad de "aprender a aprender".
Las principales características de estas actividades es que tengan relación con las necesidades de los alumnos y sus conocimientos previos, que mantengan el interés durante todo el proceso, que sea posible la participación en un desarrollo por parte de los estudiantes y que puedan generar nuevas actividades.
Debemos tener en cuenta para su realización también un conjunto de factores como son la complejidad de la actividad, el número de pasos que contiene, el tiempo del que disponemos, etc.
Las fases para realizar una actividad de este tipo debemos seguir otras que cubran un proceso de aprendizaje óptimo. La primera de ellas es la problematización - diposición, que genera actitudes favorables, detecta necesidades, deja expresar inquietudes, reformular objetivos, actividades y contenidos y plantear actividades de interacción. La segunda fase sería la adquisición y organización del conocimiento por parte de los estudiantes.
Los profesores, gracias a la situación en la que vivimos actualmente tienen múltiples opciones para la creación de estas actividades. A continuación nombraremos y explicaremos algunos programas que permiten su realización:
- Hotpotatoes, permite desarrollar seis tipos diferentes de activades, entre las que se encuentran listados de oraciones, cuestionarios multirrespuesta, ejercicios de arrastrar y soltar, crucigramas y ordenación de frases, además de la posibilidad que juntar todos los ejercicios en un mismo documento HTML.
- JClick permite la creación, realización y evaluación de actividades educativas multimedia.